Detrás de un EKG, casi siempre hay alguien.
Esta semama tuve la oportunidad de rotar en el piso de obstetricia, donde se encuentran hospitalizadas las pacientes después de un parto o una cesárea.
Y quiero hablar sobre alguien. Digamos que se llama María.
Conocí a María el sábado pasado en mi guardia de tococirugía. Aproximadamente a la 1 a.m. salí al triage para pasar a una paciente, había 3 pacientes esperando, todas con la misma cara de angustia: una primigesta que acudía por dolores típicos del trabajo de parto, una secundigesta con ruptura franca de membranas, que venía acompañada de una trabajadora del hospital al parecer, y María.
Las interrogué muy rápido, ya que no había enfermera haciendo el triage (bien raro), e inmediatamente pasé a María, un interno se molestó porque no pasé a la "recomendada" y el estaba preparando la cama para ella, no le hice caso y pasé a María de todas formas. María era "primigesta, joven, en el tercer trimestre del embarazo" (frase que se me quedó grabada de mi peculiar clase de obstetricia hace dos semestres), con dolor abdominal, dolor de cabeza y cifras tensionales de 180/110 mmHg.
La interrogué y exploré lo más rápido que pude para presentarsela a la Residente, intenté presentarsela con lo que le pregunté del Triage pero no me dejo ni terminar la primer frase, interrumpiendome con un imponente "Primero pásala y cuando la explores me la presentas"
En cuanto se la presenté, su caracteristico rostro de cansancioindiferenciayolosétodo cambió dramáticamente como si de repente despertara, y mientras daba órdenes a un interno, ya la estabamos llevando al cuarto de choque.
Preeclampsia severa. En ese momento ese era su diagnóstico. Debido a que no se pudieron controlar sus cifras de presión arterial, se decidió interrumpir el embarazo de 33 sdg, después de administrar maduradores pulmonares para el plebito.
Yo salí de guardia y no supe más de ella.
Esta semana me la encontré en piso. En recuperación, después de lo que pasó.
María tiene obesidad mórbida, y vive con escasos recursos. Tiene síntomas compatibles con tromboembolia pulmonar, y se está descartando Tuberculosis. Se le están realizando decenas de estudios. Y ella no sabe que es lo que pasa.
Después de estar rodeada por varios adscritos y residentes de diferentes especialidades, discutiendo cuál es el siguiente paraclínico que van a pedir, solo preguntándole ocasionalmente la característica de alguno de sus síntomas. La dejan sin decirle una palabra, todos se van satisfechos de lo mucho que saben, y la dejan ahí, con el preinterno que le está tomando un EKG, (después de conseguir el electrocardiógrafo quién sabe cómo).
Y mientras el mismo preinterno que la ingresó, está inmerso en su EKG buscando datos carácteristicos de hipertensión pulmonar, tímidamente María pregunta: Doctor, ¿Mis estudios están mal? ¿lo que siento es malo?
Primero sentí molestia hacie ella ¿Por qué no le preguntó sus dudas a los adscritos que se acaban de ir? Ellos podrían darle una mejor respuesta que yo. Pero después me di cuenta que mi molestia era hacia mi, fue grande mi sorpresa al darme cuenta que al igual que los demás médicos, me olvidé que detrás de ese electro, había una paciente. Intenté responder lo mejor que pude, a uno no le enseñan cómo explicar esas cosas. Al final logré quitarle esa cara de angustia sin decirle demasiado. Igual nosotros todavía no sabiamos que tenía.
Por la tarde la bajaron a Cuidados intensivos. No supe más de ella.
Estos últimos días me he estado quejando de la naturaleza del preinternado. Me desespera un poco que nos pongan a hacer recetas como si fueramos máquinas copiadoras. Que nos pongan a acomodar expedientes, mientras los de mayor jerarquia hacen medicina. Pero creo que son cosas que alguien tiene que hacer, y a pesar de eso se aprende mucho.
Son las 3 a.m. Y en un rato más tengo guardia (lovely). Quería escribir sobre María, porque sé que como ella, llegan muchos casos todos los días. Por la cantidad de pacientes sé que es difícil no ser metódico, y tratarlas como una paciente más, pero espero no volver a olvidar que detrás de unas líneas que representan la actividad eléctrica del corazón, hay un alguien asustado, que le gustaría saber que es lo que está pasando.
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