El totalitarismo de la cotidianidad.

Tener una banda o artista favorito es ilógico, no puede gustarte todo lo que hace alguien, el fanatismo es un mal conformista, es mucho más sencillo agruparlo todo.
Hay álbumes buenos, aunque sigue siendo un término totalitario, fe ciega, es muy difícil tener 14 canciones que valgan la pena.
Hay canciones buenas, y que no te agrade religiosamente el trabajo de alguien está bien.
En fin, esto es algo que a nadie le importa pero no cabía en un tuit, y escribir es una bonita forma de justificar lo que pienso.

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